jueves, 28 de agosto de 2025

LA MESA DE CÓNSUL O CONSOLA



LA MESA DE CÓNSUL O MESA CONSOLA

 El primer nombre es el que usábamos en mi casa para la mesa de caoba que junto a las sillas de medallón y otra mesa sencilla y de más uso, amueblaban la sala en mi niñez.

Era una mesa de buena madera de poco más de medio metro de ancho y algo más de un metro de largo que para compensar su inestabilidad, que la condenaba a ir pegada a la pared, destacaban sus dos únicos soportes frontales torneados en toda su extensión que le daban  un aire sofisticado y elegante para terminar en dos bolas que la apoyaban al suelo.

Sobre la misma descansaban dos esculturas religiosas, una virgen con niño de cuyo manto salían querubines y un crucifijo y delante de ellos una azucarera de porcelana y una gallina de cristal que supongo con función de joyero, reliquias familiares que conservo de ese pasado y qué gracias a ese sentido del recuerdo y el respeto a los nuestros que defendía mi madre me los entregó, junto a otros detalles más, cuando me casé y hoy valoro con tanto cariño tenerlos y mucho más ese sentimiento de mi madre de mantener el recuerdo de los nuestros.

Esa mesa y los detalles que la acompañaban pertenecieron a mi abuela paterna, Julia, a la que no llegué a conocer personalmente, pues falleció antes de yo nacer, pero sí que supe de ella a través del cariño que mi padre le profesaba.

22 de agosto de 2024.

LA CAFETERA DE FONDO NEGRO Y DIBUJOS DE COLORES




LA CAFETERA DE FONDO NEGRO Y DIBUJOS DE COLORES

Esta cafetera de porcelana, que  sospecho siempre fue un objeto decorativo más que funcional, al menos para mi madre y para mi  siempre ha ocupado un lugar especial tras el cristal de nuestro trinchante o mueble del comedor, como un elemento vintage testigo de nuestras vidas presentes a la vez que símbolo del pasado, herencia de nuestras mujeres generación tras generacion. Ha pasado ya, al menos, por cuatro: mi bisabuela madre María, mi abuela Heliodora ("Madre", como la llamábamos), mi madre, Carmita, y ahora por mí, y creo que corresponde saltarme la quinta generación, mis hijos, y se la pasaré a mi nieta, Haridian, la sexta generación, como un recuerdo entre mujeres. Esperando que lo acepte  y en el futuro llegue a decorar una  esquina de una repisa en un mueble de su casa y, como a mí, le recuerde la herencia de las suyas, el cariño y la fortaleza de aquellas mujeres que  sobrellevaron los momentos difíciles siguiendo adelante para darnos lo mejor que podían.

28 de agosto de 2025