domingo, 13 de agosto de 2017

Pregón de las Fiestas de San José de El Escobonal, (Güímar), 2017 [2ª parte]

     
     

     Me resulta muy difícil, no poder nombrar a todos y cada uno de los alumnos y alumnas que protagonizaron estas historias y con los que tuve la gran suerte de convivir esos 15 años, de los que guardo en mi memoria infinitas anécdotas y vivencias. Por problemas de espacio he tenido que optar por recoger algunas muestras de esos artículos, haciendo hincapié en algunos de ellos y mencionando solo al alumnado reseñado en esas publicaciones, a pesar de que en mi recuerdo están todos. De igual manera me ha costado mucho no poder enumerar, una a una, a las numerosas madres y a algunos padres que trabajaron más directamente con nosotros en este largo periodo, lo mismo que a las directivas de la AMPA con las que tan estrechamente trabajamos. No es menor mi recuerdo para las compañeras encargadas del Comedor escolar o de la limpieza, para el conserje, o los que formaron parte del Consejo Escolar, pues todos formábamos un gran equipo. Lo mismo ocurre con el profesorado, pues también es imposible nombrar a tantos compañeros que pasaron en ese tiempo, por ello he optado por no personalizar, sino una vez más destacar la labor del conjunto con la que se logró un brillante trabajo.

    En un ya lejano miércoles 25 de marzo de 1992 el periódico El Día informaba de la “Segunda Semana Ecológica del Colegio público El Escobonal” y detallaba las actividades previstas, destacando la inauguración del Jardín Canario de plantas endémicas, dentro del proyecto “Conocer Nuestro Entorno”, subvencionado por la Consejería de Educación; recogía las charlas de los representantes de ATAN y el museo de Ciencias Naturales; también, que desde el aula de plásticas contribuían con una exposición de juguetes y adornos, elaborado por el alumnado con material reciclado. Así mismo la nota periodística señalaba la campaña de recogida de papel para reciclar, que llevábamos desde principio de curso para entregar en Martínez Cano, y culminaba con la caminata al pinar de Agache. Esta actividad siempre se mantuvo, aunque las conferencia pasaron a manos del alumnado,
    
 El jueves 21 de mayo de 1992, El Día recogía la “Primera Semana
Canaria en El Colegio El Escobonal dentro del mencionado proyecto escolar “Conocer nuestro entorno”, destacando las actividades basadas en talleres a cargo de artesanos de la localidad y madres del alumnado: Contamos con D. Tinerfe Rosa (vecino de la Montaña), para el taller “construcción de jaulas de pájaros”; D. Serapio Díaz con la Confección de cestos de palma: D Leonardo Delgado (Nardo, de Lomo de Montijo), en la elaboración de guelderas; de la mano de mi suegra, Dª. Miguelina Delgado, corrió la elaboración de calado; a cargo de D. Paco Gómez, el rescate de juegos antiguos como la Billarda, y otros como el trompo y el boliche. Años después también contamos con Dª. Angelita Pérez (la mujer de Pepe “El Chasnero”), que llevó un taller de gofio; con ella preparamos fogal y, con ayuda del remejequero, tostamos el grano y luego lo pasamos por el molino de piedra. Pero con el paso de los años las más imprescindibles, sin duda alguna, fueron las madres, nuestras fieles compañeras artesanas de tantos años. Además, la semana se iniciaba con una exposición tanto de objetos de artesanía aportados por las familias como de frutos de la tierra, culminando el último día con una fiesta canaria, que incluía una luchada, en la que nuestro alumnado ya cosechaba un importante número de trofeos, que continuaron sumándose por muchos años más, hasta el punto de dejar sin espacio los altos de las numerosas estanterías del Centro. Esta actividad, subvencionada por el convenio para deportes escolares entre el Ayuntamiento y el Cabildo insular, tenía como monitor a nuestro estimado Néstor, quien sabía como nadie despertar en los niños la pasión por el deporte vernáculo, tan arraigado en esta tierra, y que pasaban del equipo escolar a los juveniles del Benchomo, donde muchos de ellos han llegado a ser figuras destacadas, tanto en el equipo masculino como alguna representante en el novedoso equipo femenino, que ya elogiábamos al comienzo.
     La Fiesta canaria continuaba con la actuación de la rondalla escolar, a cargo de nuestra querida Dely, rondalla que en un principio se limitaba a intrumentos y canto para luego pasar a ser principalmente de baile; hoy, algunos de sus miembros se integran en los grupos musicales que pregonan el buen hacer de este pueblo: las dos solistas femeninas de “Herques” en la actualidad, un músico componente de “Calle Malcontento” y numerosos miembros de la Rondalla folclórica. Culminaba la fiesta con la Comida Canaria en la cancha del Centro, a la que, poco a poco, se fueron sumando las familias, dando lugar a un importante día de convivencia.
 
   El martes 20 de julio de 1993 La Gaceta de Canarias recogía, en su página de opinión, el artículo Agache no es así, firmado por los alumnos de Colegio, lógicamente de la 2ª Etapa de EGB, por ser los mayores; en él se recogía el concienzudo trabajo realizado en clase, con datos estadísticos de población , empleo, consultas realizadas al Centro de Salud y a los Servicios Sociales municipales, para saber si había un estudio sobre los datos publicados y así rebatir el lamentable artículo que publicó dicho periódico el domingo 13 de junio y que ocupaba mitad de la portada y las páginas 14 y 15 del interior, en el que bajo el titular “El sur se empobrece” hablaba de la miseria en los municipios de la Comarca del Sureste de Tenerife, destacando en la portada que en Agache el 40% de sus habitantes tenían anomalías psíquicas debido al alto consumo de alcohol. Finalmente tras el análisis realizado en clase se publicó nuestro estudio para, en parte, restituir el daño ocasionado.
     Aprovechando todo el bagaje adquirido, en el curso 95/96 nos dimos a conocer en el Programa Contenidos Canarios de la Consejería de Educación y, con tal motivo, en mayo de 1996 nuestros niños y niñas de la danza pregonaron nuestra tierra, con una exhibición en la Plaza de Europa del Puerto de la Cruz, en esa destacada ocasión el pito y el tambor sonaron de la mano de D. Isidoro Frías (En la fotografía de la portada de este artículo, la danza de la mano de D Isidoro); y el buen hacer de nuestra danza fue recogido en el Libro “Música popular en los Centros escolares”, publicado por dicha Consejería en 1997. Recuerdo entre nuestros monitores para la Danza a Víctor, Manola, Florencio, Gabriel y Marcos.
     En junio de 1998, en la revista Pa´lante de la Inspección educativa de zona, se recogió la importancia del Colegio como centro de la sociedad de esta Comarca, a través del Proyecto: “La Comarca de Agache: su apoyo desde la Escuela”.
     A finales de diciembre de 1999, nuestra alumna Cora Cruz recibió el premio regional del Concurso escolar de postales navideñas de CajaCanarias; y dicha postal sería utilizada por la entidad bancaria como cartel anunciador del certamen regional del siguiente concurso escolar, figurando en él la autora y el Colegio. Aprovecho la ocasión para felicitar a Cora por haber llegado, nada más y nada menos, que al Festival de Cannes con su corto “la isla invertida” y desearle toda la suerte del mundo.
     En el curso 2000/01 desde el Programa de Contenidos Canarios se destacó el premio recibido por el Colegio, dotado de 50.000 pesetas.
    En ese mismo curso, la revista del CEPs de Sta Cruz recogió los proyectos del Centro, señalando que nos habíamos sumado al de anticipación de la enseñanza de Inglés en Ed Infantil así como al de anticipación de 2ª Lengua extranjera (“Francés”) en 5º y 6º de Primaria. En ese curso también nos sumaríamos al proyecto de auxiliar nativa de inglés. De igual modo se presentó a una serie de proyectos educativos: en Educación Infantil, proyectos “de mejora” que fueron aprobados y subvencionados por la Consejería de Educación, para actividades destinadas a programas educativos en el aula de informática; otro para fondos para la Biblioteca o de grupos flexibles en el aula de PT a cargo de la profesora de esta especialidad, otro para actividades complementarias a los que se sumarían los proyectos subvencionados por el Cabildo. También contábamos con la escuela de padres organizada por el Ayuntamiento de Güímar.
     
 En varias ocasiones, el periódico El Día, así como las revistas El Cañizo y La Gaveta, se hicieron eco del proyecto europeo “Sócrates”, de carácter bianual e incentivado por la Unión europea, que estuvo a cargo de la profesora de francés, recogiendo que el proyecto por un lado propiciaba el intercambio cultural entre alumnos de la Comunidad europea, la práctica de los idiomas y el trabajo común sobre las plantas medicinales que se cultivaban en nuestros respectivos huertos escolares. Nuevamente saldría en la prensa con motivo de la estancia y las actividades de los alumnos alemanes en nuestro pueblo y la posterior visita de nuestro alumnado a Alemania donde pudieron visitar Aachen, Kölh, Bonn, dos ciudades de Holanda y una de Bélgica.
     En mayo de 2001, la revista municipal ErPuntal, a cargo de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Güímar y meses después las revistas El Cañizo, y La Gaveta, hacían publicidad del Proyecto “Ciber Milenium”, por el que el Colegio Agache abría sus puertas a los vecinos de la comarca los viernes y sábados por la tarde, y de mano de Luis y Javi López se impartieron cursos de informática para los vecinos y bajo la tutela de Germán Alonso se permitía el acceso a internet, pues por aquellos años no todas las familias tenían equipos ni conexión, y aún no se habían inventado los smarphone o tfno inteligentes que todos tenemos hoy. Años después se usó como ciber abierto a la Comunidad, los equipos que el Cabildo donó al Centro y que era atendido por el bibliotecario en horario extraescolar e incluso en un tiempo, los días que él no venía, se hacían cargo de abrir algunos padres voluntarios como Ana García o Daniel Chico.
     En el curso 2001/02 se le propuso a la Concejalía de Educación del Ayuntamiento, la colaboración para propiciar que el alumnado conociera los distintos núcleos de Güímar; y, desde el programa: “Conoce tu municipio”, en la Navidad de 2001, nos correspondió recibir a los niños y maestros de 6º de Primaria de los restantes Colegios. En esa visita tuvimos la oportunidad de ofrecerles un programa de actos, que dejaba claro que en esta tierra había cosas muy buenas. Así en este salón les ofrecimos la actuación musical de nuestros grupos escolares: la Rondalla, la Danza de las Cintas y la flamante Coral que dio un recital navideño dirigido por nuestro profesor de música. Luego se visitó el Museo, el cine, y la antigua Fonda, terminando la jornada con un brindis navideño en el comedor escolar.
   Un acto que tuvo un importante eco fue la inauguración oficial de nuestra aula de informática y el homenaje al inspector de enseñanza D. Miguel Ramírez, por haber sido el promotor de dicha instalación pionera, dando fé de ello los periódico El Día y Diario de Avisos así como la revista comarcal El Cañizo, en mayo de 2002. Con tal motivo llegaron a nuestro Colegio altos cargos de la Consejería, destacando la prensa que el viceconsejero D. Fernando Hernández Guarch había dicho que “el colegio Agache iba dos cuerpos por delante de nuestra consejería”, también nos acompañaron los corresponsales de los medios de comunicación, quienes plasmaron en ellos la información y las fotos de este inolvidable momento. Para la ocasión ya el Centro daba a conocer al mundo esta comarca, a través de su propia página web creada por Romén, siendo aún alumno del Colegio.


Recogiendo el premio en el teatro
 santacrucero, el 14 de junio de
2005.
     Otra actividad de gran importancia fue el teatro con mayúsculas. Desde hacía varios cursos, nuestra querida Nena, se había encargado de deleitarnos con los teatrillos de mesa, basados en la pedagogía Waldorf,con adaptaciones de cuentos; pero desde el curso 2000/01 dió un salto espectacular, adaptó el cuento de los hermanos Grimm,“Los tres pelos de oro del diablo”; y aunque trató de ser lo más fiel posible a la riqueza de su lenguaje y al formato original, introdujo el personaje del narrador cuentacuentos, “Leo”, representado por Jesús Escudero, nuestro becario para la biblioteca escolar en horario de tarde, que pasaría a ser el duende de la biblioteca que recorrería los lugares cargado con su gran libro de cuentos, para contarlos a los niños. Nena consiguió convertir en verdaderos artistas a un amplio grupo de niños: Luna, Nayra,Tatiana, Cyntia, Abraham, Joana, Sheila, Sabina, Cristo, Elena, Samuel, Manuel, Alicia, Jennifer, Dailos, Patricia y Cora. Y así, en mayo de 2002 se estrenó la obra de teatro. Una magnífica representación, excelentes decorados, iluminación, sonido, vestuarios y maquillajes; ese día todos palpitamos de orgullo por la calidad que lograba nuestro teatro. Dos cursos después volvió a ser representada para los alumnos de 6º de Primaria de todos los colegios de Güímar, pues se había retomado el proyecto para que los escolares conocieran su municipio. Nuestro grupo teatral se ganó el reconocimiento de los centros visitantes, con lo que la buena labor de este Centro, una vez más, traspasaba La Ladera. Esta actividad tuvo una exitosa continuidad, así el 2 de junio de 2005 nuestro grupo de teatro ganó el premio a la “Mejor obra escenificada”, en el “V Certamen de Teatro escolar de Santa Cruz de Tenerife”, con la adaptación teatral del cuento “Los seis cisnes”. Todos podemos imaginar el orgullo y alegría que sentimos. Y el 14 del mismo mes recogimos el galardón en el escenario del teatro santacrucero. Para dichas representaciones, Nena siempre se rodeó de escenógrafos, sastres, maquilladores...contando con la colaboración de antiguos alumnos como Yonathan Díaz, de Guacimara Gómez, de padres / madres y de su familia más directa, donde el arte es el pan de cada día. Y en el cuadro de reparto, se mantuvieron varios de los alumnos citados en la obra anterior junto a nuestro duende Leo, a los que se sumaron: Noemi, Sara, Saúl, Marlene, Yenni, Sheila, Eduardo, Adrián, Cristian, Dailos, Kevin, Aitor, Paula, Elena, Xiomara, Guacimara, Selene, Yurena, Alba, Manuel, Ruth, Saray, Nayra, Haridiam, Raquel, Silvia, Marta y Atteneri.
 
   Como hemos mencionado de pasada, ya contábamos con coral escolar. El 5 de Abril de 2003, el periódico El Día, publicaba una nota de prensa sobre la Coral de voces blancas del Colegio Agache dirigida por nuestro profesor de música y acompañaba el artículo con la fotografía tomada en el recital navideño, ofrecido meses antes por nuestra coral en el Ayuntamiento de Güímar. Y posteriormente, el l6 de mayo de 2006, participó en el Primer Encuentro Coral Ciudad de Güímar, volviendo a hacer sonar en el Valle el buen hacer de nuestro Colegio.


    El periódico El Día y la Revista El Cañizo se hicieron eco de que el Colegio Agache fue premiado con 1.500 euros por el Instituto de la Seguridad Laboral, en el concurso regional que este había convocado para los escolares.
   




     En noviembre de 2002, nuestro Colegio recibió una destacada distinción a nivel institucional: El Premio del Concejo Escolar de Canarias: “Reconocimiento a Centros docente significados por su labor educativa”. El acto oficial de entrega se llevó a cabo al finalizar el curso y volvió a citar en nuestro Centro a los altos cargos de la Consejería de Educación. Por dicho motivo, durante meses, estuvo siendo objeto de una importante publicidad. Así, el 16 de diciembre de 2002, el periódico El Día titulaba un artículo “El Colegio Agache, único de la isla distinguido por el Consejo Escolar de Canarias”; y El periódico comarcal Tagoror recogía que “El Consejo Escolar de Canarias premia al Colegio de El Escobonal”. En el acto de entrega, que tuvo lugar el viernes 7 de junio, la prensa se volcó de nuevo con nuestro Colegio: La Opinión de Tenerife acompañaba su artículo con una bonita fotografía, que recogía al alumnado presente en dicho acto, desde Infantil a la ESO. El evento también fue recogido por El Día bajo el título “El Consejo Escolar reconoce la labor del colegio Agache en Güímar”. Lo mismo hizo el Diario de Avisos, con el titular “El Consejo Escolar premia la labor educativa y social del Colegio Agache”. Como curiosidad, también se reflejó este premio en el programa de Televisión “Échese a la calle”, a cargo de José Luis Calero, grabado en El Escobonal en 2004.


     El lunes 19 de abril de este último año, el citado periódico El Día, recogía en un titular, la creación de un “Laboratorio de idiomas para el colegio El Escobonal”, como una apuesta puntera en esta enseñanza.
   

     El 10 de febrero de 2005, el mismo periódico El Día informaba de la Cabalgata carnavalera celebrada por todos los escolares del municipio de Güímar y la acompañaba con dos bellas fotos de nuestro Centro: el grupo coreográfico de baile ó comparsa que había preparado nuestro compañero de Educación Física, amante del carnaval pero que solo estuvo ese curso con nosotros, actividad a la que se sumó nuestro profesor de música creando la batucada, y con rítmo y movimiento nos impusimos en el casco. Recuerdo aún la enorme expectación que causamos en Güímar, lo felices y orgullosos que se sintieron los numerosos padres y madres que acudieron a ver el desfile desde Tasagaya hasta la Plaza. pues hasta entonces nuestro carnaval solo llegaba hasta La Fonda de El Escobonal.
La Voz de Agache FM88.0

    En mi último curso en Agache, el 2005/06, la emisora escolar “La Voz de Agache FM88.0”, que había comenzado a emitir música al finalizar el curso anterior, ya empezó a producir sus propios programas en noviembre de 2005. Así a través de las ondas de radio se pregonaba la vida de esta Comunidad. Destacaron las entrevistas que se le hicieron a dos abuelos de la zona sobre las andanzas de su juventud: D. Tinerfe García y D. Luis Pérez, a cargo de los alumnos de la ESO: Elsa, Sabina, Saray y Almudena. También había una sesión semanal dedicada a la actualidad deportiva que informaba de los resultados en las distintas competiciones, de la que se responsabilizaba Béntor, y una sesión específica de lucha canaria, llevada por Ayoze y Yonathan; En la parte cultural Chaxiraxy, nos ponía al día del espectáculo cinematográfico mientras que la sesión de literatura y libros más leídos, corría a cargo de Luna. A su vez, los más pequeños intervenían leyendo sus cuentos de composición propia trabajados con sus tutoras.
     El 10 de mayo de 2006, el periódico El Día recogió la entrega de premios del concurso de educación ambiental “Es tiempo para el desarrollo Sostenible” en el que fue premiado nuestro alumno de 2º ESO Jonathan Tejera.
    También al finalizar ese curso 2005/06, se editó el nuevo periódico escolar Agache, bajo la coordinación de la profesora de Lengua de la ESO.

    Creo que la selección de notas de prensa que he comentado también contribuyeron a hablar bien de este pueblo, de los grandes valores que alberga: nuestros alumnos/as, sus madres y padres y en general todos sus vecinos, que hicieron y siguen haciendo posible estos logros, pues con cada uno de ellos la autoestima colectiva como pueblo crece y sirve para tomar nuevos bríos, para seguir progresando y sintiéndose orgulloso de ser escobonaleros y agacheros.
     Para mi ha sido un privilegio haber formado parte de esta comunidad educativa, y lo es, poder seguir sintiendo el calor humano cada vez que me encuentro tanto a alumnos como a padres, pero de lo más dichosa que me siento es de las maravillosas personas que han salido de sus aulas, pues gracias a las nuevas redes sociales mantengo un estrecho contacto y puedo seguirles y conocer su trayectoria profesional y humana. Hoy los encontramos en todas las profesiones: maestros, policías, graduados sociales, enfermeras, empleados de comercios, químicos, sociólogos, albañiles, logopedas, conductoras de guaguas, periodistas, zapateros, ingenieros, obreros, economistas, cocineros, biólogos, camareros, médicos, diseñadores, geógrafos, cantantes, cineastas, músicos, escritores, actrices, técnicos profesionales de diversas ramas: como cocineros, electricistas, costureros, viticultores, mecánicos, agrícolas, soldadores, etc.
    Me hace feliz verlos en las fotos comentando sus tenderetes, sus viajes, con sus parejas, con sus hijos, …. Me congratula leer, en muchos de ellos, sus comentarios de compromiso y respeto con el medio ambiente y su sensibilidad por lo social, por crear un mundo más tolerante, respetuoso y justo, incluso llegando a comprometerse en la política activa. En resumen, personas ejemplares que ponen en valor su tierra, siendo ellos, con su manera de ser y su forma de hacer, el mejor pregón de su pueblo.


   Solo me resta decir: Sigan disfrutando con ilusión, alegría y respeto del extenso programa de actos que se nos presenta para los próximos días. Un inmenso abrazo. Y muchas gracias a todos.
En compañía de cinco miembros de la Corporación municipal del
 Ayuntamiento de Güímar y de la presidenta de la Comisión
 de Fiestas (foto cedida por John Leandro Gómez)

martes, 8 de agosto de 2017

Pregón de las Fiestas de San José de El Escobonal, (Güímar), 2017 [1ª parte]

 
Fotografía cedida por Nifraya Afonso.
     Miembros de la corporación municipal y de la comisión de fiestas, señoras, señores, queridos amigos, buenas tardes a todos.
    Cuando fui invitada por la presidenta de la Comisión de Fiestas de San José a ser su pregonera, me sentí muy halagada, pero consciente de que no era merecedora de tan importante cometido. A pesar de ello tuve la osadía de aceptar movida por la felicidad y el amor que esta tierra había dado a mi vida y a la que ahora tenía la oportunidad de darle las gracias, poniendo mi humilde voz para pregonar sus fiestas, sus valores y la lucha constante de sus vecinos por el progreso de su tierra.
    Mi primer encuentro con estas tierras fue en mi adolescencia, cuando mi madre y yo acompañábamos a mi padre, que utilizaba este tramo de la Carretera General del Sur para hacer prácticas, tras su recién sacado carné de conducir. Lo que no imaginaba yo es que, unos años después, este lugar me atraparía para siempre.
   También recuerdo de esa época a mis compañeros de El Escobonal, con los que compartí aula en el Instituto “Mencey Acaymo”: José Marrero, Cándida Hernández y Roberto Chico con los que he vuelto a reanudar la amistad, pero también vienen a mi memoria Silvio Vicente y Manuel Benítez con los que no he vuelto a coincidir.
    Pero fue a comienzos de la década de los ochenta cuando comenzó mi idilio con esta tierra, me enamoré de su historia, sus personajes, su naturaleza, su lucha diaria por sumarse a la modernidad. El culpable de este enamoramiento es Tavi, el hombre con quien desde entonces comparto mi vida. De su mano empecé a conocer cada detalle de esta su tierra, no paré de leer tantos artículos que había escrito y seguía escribiendo; desde el origen orgulloso de los gentilicios agachero, chimajero, hasta sus tradiciones, de los restos aborígenes a los personajes más conocidos: José Delgado Trinidad, responsable de adjudicar a este pueblo el patronazgo cristiano del santo de su nombre, al ceder los terrenos de Cano para construir la primera ermita de San José; otros tan destacados como Cho Cirilo, que hacía la magia de tocar simultáneamente tambor y flauta al ritmo del tajaraste, y que en torno suyo danzaran los niños entrelazando las cintas de colores que partían de lo alto del palo que otros muchos escobonaleros sostuvieron como símbolo de su tierra y que orgullosamente sigue en pie. La afamada Josefina Marrero, con su prodigiosa voz, que llegó a cantar en la Península, y, de haber nacido en esta época de oportunidades para la mujer, hubiese llegado muy alto. El prestigioso practicante Miguel Delgado, profesional de gran prestigio en estos sures; además personajes ligados a la religión católica como Juan de Castro Baute, quien llegara a ser párroco de Fasnia y cargo eclesiástico de la catedral de La Laguna, como se recuerda en la placa de su antigua casa; destacados puntales de lucha canaria que entonces, al igual que ahora nuestros recientes campeones/as regionales, tanto en la categoría femenina como masculina, han pregonado con orgullo el nombre de su tierra. Sus rondallas, sus orquestas y los Casinos que tuvo el pueblo desde los comienzos del siglo XX hablan de su inquietud así como de su desarrollo cultural y social. De igual forma, el contar con su propia Federación obrera y agrupaciones políticas en plena República, deja claro el empuje reivindicativo de un pueblo. Y que mejor testigo de esa lucha, que el paisaje que dejaron sus hombres y mujeres labradores de estas tierras que han luchado por sacar adelante a los suyos, roturando los lomos que entre barrancos se levantan y donde con sudor y tesón han creado sus famosas cuevas viviendas, los canteros en bancales y las galerías de agua, transformando armoniosamente su tierra para obtener el sustento de los suyos, actividad agrícola que completaban con el ganado, dando fama a los quesos de Frías. Esta tarea cotidiana se completaba con trabajos artesanales de modo que carpinteros, costureras, panaderas, albañiles, caladoras,... entre todos hicieron posible la vida en los pueblos hasta bien avanzado el siglo XX.
     Me enteré de sus tres intentos de independencia del ayuntamiento de Güímar, ya que la contribución de su potencial humano y económico de entonces no se correspondía, proporcionalmente, con la atención que recibía del gobierno municipal, tardando muchas décadas en hacer llegar a estas tierras lo que la cabecera municipal ya tenía; así, mientras los vecinos del casco de Güímar ya contaban con luz eléctrica desde 1929, en que entra en funcionamiento la Central Hidroeléctrica, ésta nunca llegó a extender su cableado para alumbrar estas tierras, que tuvieron que esperar 38 años más, hasta la instalación de la UNELCO. Otro tanto ocurrió con la red de distribución del agua potable que no llegó hasta 1964; y así numerosos olvidos, que llevó a muchas familias a cerrar sus casas y emigrar. De esta manera, El Escobonal, que en el censo de 1940 era el 10º núcleo de población de Tenerife, con 2.306 habitantes, sufrió la triste despedida de los suyos, ello se extendió a toda la comarca de Agache, que si bien a principios del siglo XX llegó a representar el 40% de la población del municipio de Güímar, hoy, un siglo después, solo representa el 10% del término municipal.
     Por ello, Tavi me decía que su tierra estaba bien representada en los siguientes versos del poema de Fernando Gracía Ramos “Romance del éxodo”: “¿Pero quien tiene la culpa / de que esté desierto el campo, / de que el labrador parezca / alma que se lleva el diablo? / Casas vacías acusan / claman vacíos establos. / Que por no quedarse nadie, / hasta el eco se ha marchado”.
     Afortunadamente al finalizar la década de los setenta, El Escobonal se subió al carro de la modernidad. En nuestras citas amorosas de aquella época, recuerdo cuando me contaba sus constantes discusiones en los ocho años que estuvo como concejal y como, en plenos y comisiones, tenía que convencer a sus compañeros de las necesidades de su pueblo y de la deuda histórica que con él tenía el municipio. Así fue cambiando esta tierra, dando un salto inmenso para equipararse a los demás barrios de Güímar y hacer que sus vecinos se sintieran atendidos: sus veredas y caminos se ensanchaban y asfaltaban, inicialmente gracias a la aportación de los vecinos y el ayuntamiento, y luego, tras una dura lucha reivindicativa con la administración para incorporarse a la Comarca de Acción Especial de Arico y Fasnia, pues en principio se ponía pegas a la inclusión de Agache, al no ser municipio, sino una parte de Güímar; pero finalmente se logró convencer al Cabildo de que era justo su inclusión y a partir de ahí llegarían mejoras en asfaltado, distribución de agua potable, la electrificación y alumbrado en zonas a las que estos servicios no llegaba.
     A este programa se sumarían otras acciones que mejoraría la vida económica y social de este pueblo. Así su surtidor se transformaba en una gasolinera, su botiquín en una farmacia, se colocaron cabinas telefónicas, se instaló la consulta médica permanente, se creó la oficina delegada del ayuntamiento para que los vecinos realizaran sus diligencias; se remodeló la plaza; se consiguió que el ayuntamiento subvencionase a la Biblioteca del Tagoror, para seguirla dotando de fondos y contar con una persona que la abriese.          También en esa época comenzó a edificarse el nuevo colegio, se adquirieron los terrenos para el Centro Cultural en el que nos encontramos, aunque su construcción fue posterior; se compraron los terrenos y se diseñó el parque de la Hendía, que tuvo que esperar muchos años más para ver la luz, pero que hoy embellece al pueblo.
     Me pareció meritoria la lucha que llevó junto a un reducido grupo de amigos a finales de los setenta por crear el Tagoror Cultural de Agache, y como desde él, se fomentaba y sembraba el respeto y el orgullo por la propia historia de la Comarca. Con la fundación de su museo y su biblioteca se completaban el espectro cultural y social existente, junto al Teleclub Géminis y el Cine/ salón de baile de Cheo.
La creación de esta biblioteca para el pueblo, fue una lucha titánica, pues recuerdo que me contaba que solicitaba libros a sus profesores o a instituciones públicas y al principio los iba a buscar en guagua o auto stop, hasta en una ocasión le llovió y se empapó, pues solo le preocupaba proteger las bolsas de libros.
     Me contaba como recorrían todos los barrancos, buscando restos guanches en las cuevas o pidiendo a los vecinos utensilios en desuso con el fin de crear el museo arqueológico y costumbrista. Pero lo lograron, el Tagoror hoy es un referente de la vida cultural y social de este pueblo, y así lo asumen con orgullo las nuevas generaciones que han recogido el relevo, muestra de ello es lo que pregonan en las redes sociales en estos días, y como, bajo el lema “Yo apoyo la cultura en Agache”, han ido recogiendo el apoyo de personajes relevantes del mundo de la cultura como Imanol Arias, Rogelio Botanz, Kakó,... , lo que sin duda potencia favorablemente la autoestima de los escobonaleros y de todos los agacheros.
     De igual manera fue en esa década de los setenta cuando comenzó una nueva forma de entender las Fiestas: se rescató el entierro de la sardina, las Fiestas patronales desbordaban el programa de un pueblo pequeño: se organizaron las recordadas Ferias de Artesanía; se incorporó la semana Cultural, con conferencias, cine, teatro, exposiciones de pintura; así como el Festival artístico, con actuaciones destacadas; como muestra de ello en 1984, hace 33 años, El Escobonal ya tuvo a Pedro Guerra en su escenario y también en esa ocasión acompañado como telonero por un artista del pueblo, nuestro querido Benjamín. Aprovecho la ocasión para felicitar una vez más a todos los implicados en el festival del pasado sábado, un gran trabajo de los organizadores: El Tagoror y la Comisión de Fiestas, así como los teloneros, dos grupos musicales del pueblo; una vez más han demostrado la gran capacidad de trabajo y el buen hacer de este pueblo organizando un festival de esta envergadura.
     Esos acontecimientos que he recordado, gran parte los viví en directo, pues de su mano recorrí sus paisajes naturales, a los que dedicó su tesis doctoral, bailé en el cine de Cheo, fui a las luchadas en el anterior terrero, viví sus Fiestas, sus verbenas, el encuentro en el monte por el día de Agache,... Pero, sin lugar a dudas, lo más importante que nos sucedió juntos fue el nacimiento de nuestros dos grandes amores: nuestros hijos Romén y Béntor. Romén casi nace en la Tambora de Arriba, en la casa que le alquilamos a Manolo y Ermendina, pues allí rompí aguas y salimos para el hospital, mientras que Béntor nació a escasas horas de salir de la vivienda de maestros de la Plaza, con destino a una revisión ginecológica que se convirtió en su nacimiento.
     Por eso les decía que a esta tierra le debo mi felicidad: tres de los hombres más importantes de mi vida son escobonaleros. Y por si esto fue poco, a estos sucesos tan personales y sentimentales se suma mi destino como maestra propietaria en el Colegio Público Agache en el que viví una ilusionante etapa profesional, mis mejores años, en esa edad vital en que lo damos todo; desde el curso 1991/92 al curso 2005/06, en total 15 años, de ellos 10 muy comprometidos, pues asumí de forma directa cargos directivos.
     En los pasados meses de mayo y junio, a través de la página de facebook del Colegio volví a revivir esas ilusiones, cuando vi su participación en el Festival Educativo de Cine. El primer corto, “Tiempos de sombra”, me pareció genial, me emocioné, empecé a enviar el enlace a mis compañeros actuales, a amigos y familiares, pidiendo que marcasen la última estrella; luego lo mismo con el 2º corto, “El sueño de Iris”. Por ello sentí una gran alegría cuando recibieron los dos premios: 2º premio de cortos y 1º premio a la dirección. Por si esto nos parecía poco, llegó un premio más, de la V Muestra Certamen de Cine Educativo de Agaete, Gran Canaria: 2º premio para: «El lenguaje del viento». Todos sabemos que es una labor del equipo de profesores con el que cuenta el centro, del alumnado y los familiares implicados, pero de entre todos ellos, hoy quiero destacar a los tres maestros escobonaleros, con los que tuve la suerte de trabajar hace años: Chari, esa mano fundamental en la dirección y el guión, Benjamín, el hombre de la música, y Gabriel, mi compañero de equipo y conocido actor.
     Esos premios constituyen el mejor pregón y el regalo perfecto en estas simbólicas bodas de plata del actúal edificio del Colegio, del que este año se cumple el 25 aniversario, como recordaba nuestro Cronista en el Programa de las Fiestas de San Pedro 2017.

     Como les decía, todo este proceso revivió algo muy profundo en mi interior, y así, de una manera sutil, volví a revivir la ilusión con que trabajé en este Centro, y a recordar tantos momentos de lucha, de alegrías... Por ello, cuando me senté a escribir, busqué entre mis carpetas los numerosos artículos de periódicos y revistas, que recogían los momentos más importantes que vivimos en el Colegio en aquella época y que, también por ese entonces, cruzaron la Ladera y el Barranco de Herques para pregonar el buen hacer de estas tierras lo que a la vez nos servía de estímulo y elevaba la autoestima de toda la Comunidad Educativa y vecinal, que se sentía orgullosa de su Colegio.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Música en mayúsculas, deportes, encuentros de envite y dominó,...






La Banda de Arafo en 1905 (Numancia) en ese momento solo había una.
(Fotografía tomada del libro Sociedad Filarmónica "Nivaria"de Arafo).


Otros lugares de encuentro, esparcimiento y cultura: manifestaciones artístico-musicales y teatrales, deportivas, encuentros de envite y dominó en los bares… (1968- 1973)


   Solo haré un repaso de mis recuerdos de esos años, pues el estudio de actas, registro en las hemerotecas, entrevistas personales,... lo ha tratado otros investigadores, entre ellos Octavio Rodríguez Delgado, mi marido, en la Gala del Deporte del Casino Unión y Progreso del que es su Cronista Honorario, o en los libros que ha escrito como la Sociedad Filarmónica “Nivaria” de Arafo (editado en 2010), o información sobre las agrupaciones de pulso y púa en su blog (http://blog.octaviordelgado.es/ ) en el que ha dedicado un gran número de artículos a nuestro municipio y sus personajes, así como en los homenajes a personajes locales vinculados a estos temas en el Centro C. y de Recreo y en el Casino Unión y Progreso.  También dedica un apartado a la coral Mª Auxiliadora en su libro Historia religiosa de Arafo (editado en 1995).

   BANDAS DE MÚSICA 
   He de expresar mi admiración por las personas que generación tras generación, desde hace 156 años, tras su jornada laboral dedicaban su tiempo de ocio a aprender, cultivar, deleitarse y deleitarnos a los demás con la música de las bandas, además de lograr con ello que esta faceta de la cultura diera una noble fama a nuestro municipio. Por lo que la música es la  principal seña de identidad de nuestro pueblo.
  Como ya decíamos de los casinos, la división parece ser un motivo de “pique” y superación en el pueblo y hoy las dos bandas La S. F.  "Nivaria” con sus 156 años y la A. A. M. “La Candelaria” con sus respetables 90 años perduran a través de los tiempos gozando de gran prestigio e impulso renovador de sus jóvenes directores. Destacando entre las filas de ambas un importante número de personas que lograron cultivarse, preparase y ampliar sus conocimientos alcanzando un puesto profesional en la música tanto civil como militar.
  Aunque tuvo que llegar la Democracia para que a finales de la década de 1970 incluyesen a las mujeres en sus filas.
  A pesar de que mi familia es atípica en este sentido, pues por aquella época ni mis abuelos, tíos o padre habían participado de la música, No obstante la sabía parte de mi vida, les había escuchado siempre: en todas las actividades festivas, en sus ensayos al pasar por la zona de la plaza, pues la Nivaria ensayaba en el local que hoy ocupa los Servicios Sociales del ayuntamiento, siendo su director Mario Marrero y la Candelaria en la trasera de lo que hoy es la Policía municipal dirigida por Amílcar González. Además tuve la ocasión de constatarlo, pues hace cerca de treinta años, mientras paseaba por Valverde (El Hierro), oí los acordes de su banda municipal y se me erizaron los pelos, ¡me emocioné!, aunque yo seguía en Canarias me pasó igual a lo que contaban los emigrantes cuando oían Isas y Folías fuera de su tierra.
(las fotos de las Bandas fueron compartidas de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo, recogen la ausencia de componentes femeninos).

ORQUESTAS DE BAILE
  En un pueblo de músicos fue fácil que surgieran numerosas orquestas de baile afamadas y voces privilegiadas como había sido la de Armando Pérez. De la época de mis recuerdos estaban : La Candelaria, la Teide, Iris, España,...
Orquesta Teide, a finales de la década de los 60 ( Esta fotografía ha sido
 compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo),

  CORAL Mª AUXILIADORA
  De esos años la recuerdo en sus actuaciones religiosas en la iglesia o en las capillas del pueblo y sus conciertos corales en la plaza el día de San Juan, o su concierto de villancicos.
Coral Mª Auxiliadora

( Fotografía compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo) 


  Era una coral mixta con hombre y mujeres ya que al parecer en sus inicios fue promovida por  miembros de la coral del servicio militar y a la que invitaron a sumarse a la coral parroquial. Fue Su director Juan Luis Coello y recuerdo miembros muy afamados como Otilio y César González, Miguel Pérez, Servillio Pérez, Antonio Curbelo, Célida Alzola, Fátima Marrero, Dolores Pérez ...
 Posterior a estas fechas los vi en actos culturales de los casinos y también tuvo lugar la creación de su filial de voces blancas. Desafortunadamente ya no podemos contar con esta coral.
 TEATRO
 Aunque eran los últimos años de los prestigiosos grupos de teatro juvenil que había tenido el pueblo, yo solo recuerdo las actuaciones del grupo infantil con niñas de la Escuela Pública dirigido por Valentín Fariña, aún recuerdo a Sagrario, Dulce, Jovita,... en una obra de teatro en la que Dulce recitaba el poema de Rubén Darío que éste dedicó a Margarita Debayle, del que copié estas estrofas:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú. 
 AGRUPACIONES DE PULSO Y PÚA
 De la época en que yo centro mis relatos, solo recuerdo alguna intervención de alumnas de la Escuela Pública de mano de Antonio Curbelo, pues pocos años antes se había disuelto las afamadas: “Aídas” y Las Marys nacidas también en la Escuela Pública.

 MURGA FEMENINA 
 "Las Desconfiadas" bajo la dirección de Alfredo Fariña, primera murga femenina que participó en los carnavales de Santa Cruz, por supuesto ese año participaron en las cabalgata de las Fiestas del pueblo. Recuerdo que en ella estaban mis vecinas del Barrero: Mariví, Marianela y Lourdes.
Murga las Desconfiadas 1972 (Esta fotografía ha sido
 compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo)



   LUCHA CANARIA
   En aquellos años las madres y tías de mis amigas de la Morra, se iban muchos domingos a la luchada con el entusiasmo de ver a sus sobrinos Toño y Manolito que eran parte del Club de Lucha “Chimisay de Arafo”, también recuerdo oír decir que Domingo Fariña fue uno de los luchadores más destacados de esa época, todos ellos representados en la fotografía.                
   Además desde mi casa oía los cohetes que anunciaban el encuentro y desde nuestra azotea se escuchaba el bullicio por la trasera del cine, detrás de casa de Landa, donde por esa época habilitaron un espacio para funcionar de campo de lucha, primero había estado en la entrada a la conocida por la calle Nueva.
Club de Lucha Chimisay
 
 (
Fotografía compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo)

   FOOTBALL
  También me viene a la memoria ir con mis amigas de la infancia a ver algún encuentro de footbal masculino en el campo que Blas Reyes propició y que hoy lleva su nombre, y que al estar en medio de la colada de lavas, nuestros asientos eran piedras de basalto en lugar de gradas, pero por lo menos los jóvenes tenían su campo de football.
  Recuerdo a Ercilia victoreando a Pepe Rolo por sus hazañas y también al equipo de cadetes que eran un grupo de más o menos coetáneos nuestros que se recogen en la siguiente fotografía.
                                         (Fotografía compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo) 

  BALONCESTO:
  En esa época solo recuerdo ver el equipo que lógicamente era masculino en los encuentros que se celebraban por las fiestas patronales, improvisando delante de la Iglesia y  en dirección al Casino U. y P, un espacio con canastas, en el que participaban los jóvenes del pueblo y el equipo invitado. Así como de verlos salir de entrenar de la trasera del Centro C. R.



LOS BARES COMO LUGAR DE ENCUENTRO MASCULINO: entre fichas de dominó, y cartas para envite, truco, tute, rondas,...

Mesas del kiosko de la plaza  (Esta fotografía ha sido
 compartida de la página de facebook "Historias y Rincones de Arafo)
  Desde el kiosko de la plaza de donde mi padre jugaba al dominó y me traía tantas veces caramelos masticables de fresa, obligando a Elías y a Alfonso a escogerlos pues eran mis preferidos y del que también nos traía dulces de crema que no eran habituales en las afamadas dulcerías del pueblo; al bar de Fernando el marido de Mª Antonia que en los primeros años del relato lo llevaba mi tío Seo, antes de irse a la Vinícola, bar del que tantas veces salió a acercarme a la acera un buen puñado de caramelos, detalle que aún recuerdo con cariño;  Siguiendo por Casa Justo a cuya puerta malamente nos acercábamos a comprar, por ser el primero que trajo helados “los cortes”;  continuaban los bares del casino y del centro que ya comenté en el otro relato; por arriba del Centro el Bar que llevó mi tío Pepe y luego pasó a Maruca y Alfredo. Subiendo, el bar El Negro que regentaba Cabillo en la casita de tejado en la subida desde la plaza; le seguía El bar Mencey y luego el bar de Perico a los que acudía mi abuelo Pepe a jugar unas cartas con sus amigos; Y para terminar El bar de Emérito en el Barrio de El Carmen, el Kiosko en la plaza de El Carmen,...
      Estos juegos de mesa masculinos, especialmente el dominó, llegaron a organizarse en competiciones , incluso insulares, en los casinos y bares.
         En las cartas era famoso el envite, ronda truco, tute, cinquillo,...

       Además los bares, traían el periódico, recuerdo que mi padre contaba que se había leído  " la Tarde" y luego entre ellos comentaban las sesgadas noticias de la dictadura, pero  aún así ampliaban sus conocimientos de países, gobiernos, acontecimientos en los pueblos de las islas y en el debate aprendían, mientras nuestras mujeres lo más era escuchar en casa las noticias o"el parte" como decía mi abuela, pero que por falta de debate eran menos enriquecedoras, en fín , ¡era un mundo hecho por y para los hombres!.
    Para las mujeres adultas se imponía el recogimiento y decoro : asistir a misa y desde casa  jugar a las cartas con la familia o las radionovelas. Coincidió por esta época la interminable "simplemente María" y en la sobremesa, hasta mi madre, hacía una paradita en sus muchos quehaceres diarios para escucharla, pues en mi casa había un aparato de radio  de grandes dimensiones, marca "ondina" que lo adquirieron desde 1957 según me contaba ella. También recuerdo oír yo el cuento infantil de la una de la tarde en Radio Juventud de Canarias, pero estos detalles los dejaremos para otro relato sobre los juegos y distracciones de nuestra infancia.






Candelaria a 3 de septiembre de 2016







lunes, 29 de agosto de 2016

Las Fiestas endulzadas con truchas, rebanadas y bizcochón



  





  LAS FIESTAS y CELEBRACIONES: momentos de cultura, ocio y encuentro vecinal y familiar

  Navidad y Reyes: siempre han sido fiestas familiares, comenzaban unos días antes con la elaboración de truchas de almendra. Mientras vivió mi abuela las hicimos en La Morra, donde nos reuníamos un buen grupo. Mi abuela era la experta en preparar el hojaldre, la harina a la que le añadía, tras ser colada, un poquito de agua que había hervido con una cáscara de limón, unos granos de anís y una trocito de canela en rama y a todo ello le añadía un poquito de manteca y luego había que amasarla hasta el punto adecuado y forrarla en un paño para que no se secara Dar ese puntito exacto también lo lograría mi madre y le tocaría años después.
En el lebrillo se mezclaba “la masa”: con un número importante de yemas de huevos caseros, de los que mi abuela había estado reuniendo en una bandeja que guardaba en la mesa del poco usado comedor; unos kilos de almendras a los que previamente les habíamos quitado la cáscara, tras sumergirlas en un caldero de agua caliente; azúcar, unas pocas de galletas, unas cuantas batatas, pero no demasiadas, ¡Las nuestras eran truchas de almendra!; un chorito de licor como anís,  mejor el “del mono”, o de Maríe Brizard, unos granos de matalahuga o matalauva (semillas de anís, en grano),... 
Toda esta masa se molía en el mismo aparato que servía para moler la carne y tocino para los chorizos. Ellas cogían un poquito en la punta del dedo y paladeaban hasta descubrir que ingrediente se había quedado corto y había que volver a poner.
Cuando todo estaba preparado, las mayores cortaban trocitos de la harina amasada y con el rodillo o “canuto de madera” extendían la masa en una fina tira, y se colocaba la escudilla, provista de su pequeño pie o base, sobre la tira de harina y con el cuchillo se pasaría a su alrededor para desprender cada unidad. Estos círculos se separaban de la taza y se colocaban en la mesa previamente espolvoreada de una finísima capa de harina, para que no se pegase al hule y tampoco que se añadiera a la superficie del corte hecho. Luego nosotros la rellenábamos de la masa, cogiéndola del lebrillo con una cuchara y había que coger una cantidad razonable para que el comensal pudiera disfrutar de unos buenos bocados pero evitando pasarse ya que se “reventaban” en el momento de freírlas. Luego se unían los bordes del hojaldre y se sellaban presionando con un tenedor por los bordes, hubo un tiempo en que le hacían unos decorativos pinchacitos en la parte superior, para evitar que se abrieran, pero luego vieron más apropiado no hacerlo porque se salía elcontenido y ensuciaba el aceite caliente y había que colarlo demasiadas veces.
 A medida que se hacían se iban acumulando en el poyo que se cubría del famoso “papel vaso” o con manteles de tela y a su vez  también servirían para separar las sucesivas filas que se iban superponiendo. Cuando ya habíamos hecho una cantidad importante, mi madre empezaba a freírlas mientras los demás terminábamos de hacerlas. Ella pasaría las bandejas de truchas fritas a unas cajitas forradas con el papel vaso y de allí se repartían para todos y las de mi abuela quedarían guardadas en el comedor a donde acudiría a reponer la bandeja que por estas fechas siempre estaría en las mesa de la cocina. En el momento de comerlas solían espolvorear un poquito de azúcar por arriba.
También si sobraba harina, le ponían un poquito de zumo de naranja y hacíamos rosquetes, moldeando, con las manos limpias, esos tubitos de harina que se unían por los extremos, que luego tras freírlos se almibaban.


Otro momento importante de estas fechas era la llegada de los Reyes, no había Cabalgata pero teníamos la misma ilusión que los niños de ahora, aunque los regalos fuesen más modestos: un parchis familiar, un pijama, ropa interior, y para mi lo más importante era poder estrenar muñeca o cuando no, el vestidito nuevo que mi madre le había estado haciendo a mi antigua muñeca, luego para las niñas calderitos, para que fuéramos aprendiendo lo que se supone nos esperaba y para los chicos cochitos, bolsas con indios y vaqueros. Y en mi casa siempre acompañaban las bolsas de peladillas.


 Los Carnavales o Fiestas de invierno, como se llamaban en Canarias ya que oficialmente en aquellos tiempos de la dictadura estaban prohibidos en el país, me traen buenos recuerdos, pues mi tía siempre nos vestía con algún atuendo que guardaba en casa de mi abuela, en la cómoda del cuarto de dentro, nos pintaba unos bigotes quemando un tapón de corcho, aún puedo sentir su respiración cerca de mi cara mientras me pintaba, lógicamente siempre que hablo de mi tía es Concha, pues tía directa no tengo ni tuve otra. Luego nos ponía un antifaz y aunque nuestro recorrido era de El Barrero a la Morra, para mi era una gran cosa.
  También recuerdo asomarme a las ventanas traseras del casino y ver los animados bailes de máscaras y disfraces, aunque a veces era difícil, pues en ese callejón nos reuníamos muchos curiosos. Sin embargo del Centro no tengo imagen de esos bailes.
  Por estas fechas tanto mi abuela como mi madre siempre hacían torrijas o “rebanadas” que es como las llamábamos. Mojábamos la corteza de las rodajas de pan en un platito con vino y luego la sumergíamos completa en otro con leche y finalmente se bañaban en un preparado de huevo batido con rayaduras de limón y canela espolvoreada y listas para freír. Te las podías comer acompañadas de miel o de azúcar .
  Las Fiestas de la Cruz en el Aserradero, allí se levanta una capilla del siglo XIX destinada a la Cruz y en los años que yo describo los vecinos pedían por el pueblo y se celebraba una fiesta importante: se decoraba con banderitas y rosarios de luces, se hacía verbena con orquesta. Me gustaban mucho las carreras de sortijas con caballos, recuerdo entre los jinetes a Lucio el de Amalia, ya fallecido, Pedro el de Lito,.... En esas fiestas mi tío Pepe, que vivían al lado, montaba un ventorrillo en unos de los cuartos de la casa, al igual que lo hiciera mi abuelo Pepe en el pasado; Cho Pedro subía al Aserradero el carrito de las golosinas; venía hasta la turronera de Tacoronte.
carrera de sortijas
También recuerdo oír a mi abuela que estas fechas se endulzaban con el arroz con leche espolvoreado de canela.
 Por su puesto tanto en su casa como en la mía se enramaba una pequeña cruz de madera que se colgaba en un lugar destacado de la pared del patio.
  Ya hace muchos años que estas fiestas dejaron de celebrarse y se redujeron a actos religiosos y algunos fuegos artificiales.


  Las Fiestas de El Carmen en el Barrio del mismo nombre. Cuando llegaba julio era su turno. La capilla es relativamente reciente, de la juventud de mi madre, de hecho ella me contaba que antes, en esas fiesta, las familias también participaban de la decoración poniendo en sus ventanas, a modo de cuelgas, sus mejores bordados o bonitas colchas, aparte de las banderitas y arcos que se ponían por las calles.
  Yo recuerdo sus verbenas en la plaza en torno al kiosko, pues en aquella época de niñas bailábamos entre nosotras. Estas fiestas se han mantenido y han ganado prestigio con su gala.
  Las Fiestas patronales de San Juan Degollado
Fotografía compartida de la página de facebook
 Historia y Rincones de Arafo
 Comenzaban el Viernes último del mes de agosto con la cabalgata anunciadora: con los gigantes y cabezudos que tanto miedo me daban de pequeña, los jinetes del pueblo luciendo sus hermosos caballos, las majorettes infantiles, la Banda de Cornetas y Tambores, que venían de Sta Cruz, los acordes de alguna fanfarria y nuestras bandas, y lo mas llamativo las decoradas carrozas con las Reinas de cada Sociedad (Casino Unión y Progreso y Centro Cultural y de  Recreo) y la de Reina de las Fiestas y sus damas, que en un principio eran seleccionadas previamente por la Comisión de Fiestas sin celebrarse gala de elección, y que por este motivo años después se empezaba la Fiesta el jueves con esa gala y ya la reina pasaría a ser elegida por un jurado, lo único que la Cabalgata se mantuvo el viernes, aunque había perdido su papel de anunciadora. Hoy por nostalgia me apena que esa Cabalgata haya sido suprimida. El viernes continuaba con un corto acto de coronación de la reina en el escenario de la plaza y seguía con una animada verbena. Recuerdo que nosotras nos poníamos a bailar en la zona más próxima a la torre de la iglesia.
  El sábado de San Agustín era un día más bien tranquilo con acto religioso, algún encuentro deportivo amistoso en los que participaban los equipos locales y los invitados tanto en footbal, baloncesto y para éste último se improvisaba "una cancha" en el espacio comprendido entre  la iglesia y el Casino, donde se colocaban unas canastas. Al encuentro lucha, en el campo que se acondicionó por detrás del cine, nosotras no íbamos. 
   Otro año incluían un concierto o también lo que llamaban el coso de flores con vehículos engalanados y por la tarde y noche baile en ambas sociedades. Sin embargo pocos años después a la época de mis relatos, comenzó al celebrarse la Romería de San Agustín que ha pasado a ser el día más visitado de las Fiestas.
  El domingo era el día principal y había que estrenar ropa y zapatos. Además nuestras madres iban de peluquería y se hacían los recogidos de moda. Recuerdo las peluqueras de aquella época: Irlanda, Lalita, luego Siri,... y los barberos o peluqueros masculinos: Horacio el más mayor, Santiago, el otro Horacio Fariña, más joven,...Solo algunos hombres usaban el sombrero de salir "el de fieltro" (pues todos usaban el otro sombrero ya fuera de paja o de fieltro para evitar el sol en las faenas agrícolas).
 Tras la función religiosa, en el escenario de la plaza pues el antiguo kiosko para la banda había sido sustituido por una amplia fuente rodeada de rosales; era la hora del concierto de música de mediodía, que alternando cada año, le correspondía a una de las dos bandas del pueblo. Y por la tarde la Fiesta de Arte, presidida por la Reina de las fiestas, de los casinos y a veces la de los municipios vecinos; contaba con un mantenedor, algún rapsoda, nuestra coral y unas piezas musicales de la Banda que le tocaba ese año los actos principales. Por nuestra edad, para nosotros, era el día más aburrido y nos dedicábamos la tarde entre paseo y música.
  Por la noche procesión y fuegos artificiales  y luego baile en casinos para los mayores.
  El lunes de tarde, la Jinkama automovilística (o gincana) era lo más divertido, se realizaba entre la iglesia y las proximidades al casino. Participaban varias parejas, chico y chica jóvenes de aquella época, iban en un coche, que lógicamente conducía él, y tenían que parar en cada lugar donde había una prueba a superar, ganando el que menos tiempo tardaba en realizar todas las pruebas del circuito. Recuerdo que Tinino, hoy fallecido, solía lograrlo muchas veces.
 También había concurso infantil de trajes o disfraces. Baile de tarde en las sociedades para los mayores. Y de noche gran verbena en la plaza en la que sí participábamos con nuestro grupo de amigas y digo gran verbena porque en aquellos tiempos de faena agrícola no importaba que luego el martes fuera día laborable, ¡Era preceptivos para los vecinos!.
   Las Fiestas estarían acompañadas de las turroneras de Tacoronte, recuerdo que mi madre siempre me recordaba que le comprase turrones para llevarle a mi abuela; algún puestito de juguetes baratos, el fotógrafo con el caballito de cartón también venía algunos años, pues en esa pocas familias tenían cámara fotográfica, ¡parece la prehistoria si pensamos en que hoy los teléfonos móviles inteligentes, los smartphone, permiten hacer fotografías! Creo recordar  que algunas veces vino una pequeña noria,..
   Por su puesto en las casas esos días se mataban varios conejos, y gallinas para tener carne para celebrar las fiestas; no faltarían las sopas de gallina y el salmorejo de conejo con papas arrugadas; los dulces del pueblo: bizcochones, mantecados, piñas de almendra,...


   Otras festividades más bien de tipo religioso era El Corpus con sus alfombras desde la iglesia y por debajo en la llamada C/ Nueva. La Auxiliadora a la que mi madre le hacía una alfombra de pétalos delante de nuestra casa y la Semana Santa pues el miércoles, día del encuentro, en aquel entonces hacían recorrido por mi calle, El Barrero; La Concepción que mi abuela siempre encargaba un bizcochón pues primero por ser día de su madre y luego de su hija; Fátima por las calles de Aserradero y Lomo; San Juanito en la Viuda a la que acudí en alguna ocasión, tengo la impresión de que a la Romería de El Socorro empecé a ir algo más tarde, pero en la que siempre han participado los araferos...

   Otro día curios que recuerdo era la noche del 13 de agosto, que después de  cenar nos acercábamos a la plaza a ver cuantos romeros dormían bajo la  bouganville de la alameda, antes de terminar su peregrinación hasta Candelaria. 
   También bajaban vecinos del pueblo, unos caminando y otros en algunos de los camiones que habían en el pueblo y a los que engalanaban y habilitaban  detrás con unos tablones para asientos.
  Y una tradición especial era el día que se recordaba a los Difuntos (Día de Todos los Santos), que por aquel entonces era el único día del año en que se les iba a enramar y en esa época todos los difuntos de mi familia estaban en sepulcros en la tierra, pues después de sus fallecimientos habían comenzado los nichos de pared. Recuerdo que mi padre preparaba la corona arqueando un sarmiento o un alambre y mi madre la iba decorando con ramitos de crisantemos que ella había cultivado y que nosotros le íbamos cortando para que ella sujetara con la rafia hasta dejarlo todo cubierto , quedando una corona tan bonita como la de hoy en  una floristería.
     Como estas fechas coinciden con la recogida de las castañas, siguiendo la tradición, en mi casa siempre se tostaban para acompañar de un "fritango"o encebollado con trocitos de tocino y también se podían hacer guisándolas con unos granos de matalahúva o matalahúga .
    Cuando los mantenedores de las fiestas decían que "el pueblo hacía un alto en el camino para celebrar su festividad", me parecía la repetición de una frase hecha y no me paraba a pensar que efectivamente era eso, las fiestas eran el respiro periódico a la asfixiante vida de trabajo para subsistir. En aquel entonces no había un mes de vacaciones como ahora, en el campo se trabajaba todos los días de la semana de todos los meses del año y por eso, desde la noche de los tiempo, el humano buscó celebraciones laico/paganas o de credos para hacer ese alto en el camino, descansar, alegrarse, convivir con los vecinos, propiciar el noviazgo y de esas celebraciones surgen exaltaciones musicales, deportivas, gastronómicos, teatrales ... : ¡la cultura de los pueblos!. Pobre era aquel pueblo que no tenía sus propios grupos musicales, teatrales, pues no había dinero, ni facilidades para traer muchas actuaciones de grupos de otros lugares. Hoy con los medios de transporte y con el ocio como una actividad productiva económicamente, podemos hallar en la isla espectáculos procedentes de cualquier lugar del mundo. 
¡Aunque recordar el pasado es entrañable, afortunadamente la situación ha mejorado!. No obstante cada pueblo ha de mantener sus manifestaciones artísticas para aportar su contribución cultural a los demás.
   Dejo para otra ocasión un tercer relato sobre otras manifestaciones de encuentro, esparcimiento y cultura como las manifestaciones musicales, corales,  deportes, encuentros y competiciones de dominó y cartas en los bares del pueblo, teatro,... Siendo, de todas ellas, la música la seña de identidad de nuestro municipio.

Candelaria a 29 de agosto de 2016